El Paseo de Jane o Jane’s Walk como movimiento
El Paseo de Jane o Jane’s Walk es un movimiento de excursiones ciudadanas inspiradas por la activista urbana Jane Jacobs.
Se realiza el primer fin de semana de Mayo (coincidiendo con el aniversario de su nacimiento) y el objetivo es promover un marco para que la gente se reúna, comparta historias acerca de sus comunidades , explore sus ciudad, y conecten con las vecinas .
Amigos de la urbanista e intelectual canadiense Jane Jacobs crearon esta iniciativa en 2007 y han ido creciendo de forma exponencial desde los 27 paseos del primer año hasta los más de 500 paseos alrededor de todo el mundo – desde Berlín a Nueva York y Sao Paulo a Tel-Aviv – en más de 75 ciudades y 16 países.
Los paseos, son gratuitos, y su único fin es el de descubrir los rincones y las gentes que dan vida a nuestros barrios al margen de su interés estratégico o turístico.
A su vez, pretendemos también aprovechar el paseo para conversar y debatir sobre el pasado, el presente y el futuro del barrio, así como recoger las inquietudes de sus habitantes.
¿Quién fue Jane Jacobs?
Jane Jacobs fue una intelectual, urbanista teórica y pionera del activismo social urbano estadounidense, que comenzó a desarrollar su labor en los años cincuenta del pasado siglo. Aunque lo mas importante es que, por encima de todo lo demás, fue una persona que amó y comprendió la ciudad como pocos en su época, y cuyo principal libro , “Muerte y vida en las grandes ciudades”, editado ya en 1961, supuso una lúcida aportación a las teorías urbanísticas, a las que reviste de un punto de vista eminentemente social.
Un libro que medio siglo después, se constituye en una importantísima fuente de información que nos ayuda a comprender la ciudad, pero tomando en consideración como punto de partida todos los aspectos que actúan y rigen en ella: habitabilidad, tráfico, gobernanza, planificación, participación, economía, seguridad,…
Paradójicamente, Jane Jacobs, que estuvo casada con el arquitecto Robert Jacobs, no tenía ningún título académico, pero aprendió y se curtió en la resistencia cívica cuando consiguió impedir la construcción de una carretera elevada de ocho carriles proyectada por el Ayuntamiento de Nueva York, por la mitad de su barrio, el Greenwich Village de Manhattan. Se esforzó en transformar la visión tecnócrata, fundamentalista en la mayoría de los casos, que los planificadores urbanos de la época tendían a imponer, e intentó que se tuviesen en cuenta las cuestiones humanas de las ciudades a hora de su planificación urbanística.
Así, Jane Jacobs se opuso frontalmente al crecimiento urbano descontrolado, a un fenómeno tan genuinamente urbano como la gentrificación, a la construcción de grandes autovías como ejes vertebradores de pueblos y ciudades, al abuso en la utilización del coche como símbolo del progreso, o a la idea las calles vacías como paradigma y garantía de seguridad.
Como ya hemos comentado antes, intentó que se aplicasen nuevos principios de diseño como punto de partida a la hora de diseñar nuestras ciudades, para conseguir que las calles y los barrios fuesen lugares más amables y animados en los que vivir y trabajar. Lugares vivos, activos, llenos de gente y de comercios, aunque preservando a la vez su propia identidad y atendiendo a sus raíces históricas. Todo un cambio de paradigma, en contra de las teorías urbanísticas dominantes en su tiempo. Y en esta nueva realidad que proponía, la iniciativa de la autoridad local jugaba un papel primordial frente a una burocracia centralizada.
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